El consumo de productos lácteos se ha incrementado exponencialmente en los últimos meses y el yogur se presenta como la mejor opción por su composición y digestibilidad.

FUENTE: DEPORTE Y VIDA

El consumo de productos lácteos en los hogares españoles creció un 20,3% durante la crisis del coronavirus, según datos ofrecidos por la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL), que confirma incluso picos de hasta el 45 por ciento en relación al mismo período de tiempo corespoendiente a 2019, principalmente en los meses de abril y mayo..

“La leche, los yogures y el queso, así como la mantequilla y la nata para su uso en repostería casera, fueron algunos de los productos con los que los españoles han llenado su cesta durante y después del confinamiento», explica el presidente de FeNIL, José Armando Tellado.

Un aumento en el consumo que puede tener importantes implicaciones para la salud, sobre todo si las elecciones se refieren a opciones que contengan menos edulcorantes artificiales, aditivos y azúcares añadidos.

No en vano, una reciente investigación a cargo de expertos de la Universidad McMaster (Canadá), que tuvo en cuenta una muestra compuesta por personas (entre 35 y 70 años) procedentes de 21 países de varias regiones del mundo, concluye que comer al menos dos porciones diarias de lácteos está relacionado con menores riesgos de diabetes, presión arterial alta e incluso síndrome metabólico.

Yogur: el lácteo que no debe faltar en la dieta

Y de entre todos los productos lácteos, diversos expertos recomiendan sobremanera la inclusión del yogur a la dieta por su incidencia en el sistema inmunitario. «El yogur por sí solo, no solo es un alimento recomendable a nivel poblacional para consumo diario, debería ser el lácteo más destacado por su composición y digestibilidad en la situación de alarma sanitaria actual», explica a Europa Press Guillermo Mena Sánchez, doctor en Nutrición y Metabolismo por la Universitat Rovira y Virgili.

“El yogur es conocido por su elevado contenido en calcio de fácil absorción, pero en el actual estado de alarma sanitaria en el que estamos es importante destacarlo por su contenido en vitaminas del grupo B, como la B2, la B3 o la B12, vitamina A y en menor cantidad la D, la K y E junto a minerales como el fósforo, el magnesio, el zinc y el iodo. Además, contiene una elevada cantidad de proteínas de alto valor biológico, principalmente proteínas de lactosuero entre otras como albúmina sérica, proteasas y metaloproteínas», añade el experto.

Y es que las proteínas que contiene el yogur han sido estudiadas por la ciencia debido a sus potenciales propiedades inmunomoduladoras, hipolimpemiantes y de control de los niveles de tensión arterial y acumulación de grasa a nivel central. Además, el yogur contiene diferentes bacterias que lo hacen único.

“Diversos estudios relacionan el ‘Lactobacillus bulgaricus y la ‘Streptococcus thermophilus’ con una función protectora frente a enfermedades crónicas, inflamatorias, víricas e inmunológicas. Además, se han relacionado con un aumento de la producción de ácidos grasos de cadena corta y una reducción de la absorción de grasa pudiendo así modular los niveles de colesterol plasmático del consumidor”, explica el Mena Sánchez.

Y es que, más allá del valor nutricional del yogur, su consumo se ha asociado con diferentes beneficios para la salud cardiometabólica. «El consumo de yogur se ha asociado con un menor riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, un menor perímetro de la cintura y también algunos tipos de cáncer como el de colon», concluye el experto.